Torrente de Gibert o de Salieta y el Pujol

1. La desembocadura como tal no existe y sus aguas se vierten en unos campos a medio urbanizar, la carretera nacional 340 y la vía del ferrocarril. Nuestro recorrido empieza en la urbanización Clarà Mar, en el lado de mar, a unos 1.500 m de Cal Bofill, andando por la playa en dirección Barcelona. Junto a esta urbanización, encontraremos los Pinos de Creixell o de Cal Valent. Entre estos pinos y la vía del tren, tenemos unos campos con juncos (Juncus acutus y Juncus maritimus) dispersos con algunas matas de boalaga (Thymelaea hirsuta) y bastantes pinos piñoneros originados a partir de la dispersión de las semillas de los pinos más grandes y más cercanos a la playa. Entre ellos ha crecido una vegetación ruderal entre la que destacan el raro y pequeño junco Juncus minutulus la orquídea abeja (Ophris apifera), la única orquídea encontrada en el espacio natural hasta ahora.

2. Cruzamos la vía del tren por el paso de la urbanización Clarà Mar i dirigimos nuestros pasos hacia la urbanización Marítima Residencial Norte. Antes, pasaremos junto a una zona húmeda en un terreno deprimido donde crece un salicornal que, cerca de la vía del tren, se está transformando cada vez más en un cañizar muy espeso. Pasando por aquí, podremos escuchar a los pájaros típicos de los cañaverales, como el buitrón (Cisticola juncidis) que mientras vuela emite un insistente “pi…pi…pi” para marcar su territorio.

3. Llegaremos a una pineda y siguiendo el camino que la rodea, pasaremos cerca de dos de las 112 cenias que había en el término de Torredembarra hasta hace no muchos años. Una vez que hayamos llegado a la carretera, andaremos en dirección Barcelona hasta el paso habilitado para cruzar la carretera nacional y pasar al lado de montaña. Una vez cruzada la carretera, volveremos en dirección Tarragona hasta que se acaban las casas, y a la derecha, cogeremos la calle Cap de Salou.

4. Andando por la calle Cap de Salou, dejaremos a nuestra izquierda una pineda mezclada con almendros. Al final de la calle, se abre un camino que nos llevará a un camino asfaltado, el camino Moliner. En este punto, giraremos a la izquierda. Continuaremos andando y justo después de pasar una masía, cogeremos el camino de tierra que se abre a la derecha y que nos conducirá a unos espacios abiertos llenos de roca madre desnuda y maleza con tomillo (Thymus vulgaris).

5. Si continuamos el camino, veremos que se adentra en una pineda de pino blanquillo (Pinus halepensis) que se extiende hasta la cima del Pujol. Al principio hay un poco de pendiente y muchas piedras, pero el entorno es más bonito cuanto más subimos. En la parte más alta, encontraremos una masía abandonada (Mas Pujol). Las vistas desde aquí son fantásticas. Desde este punto, tenemos dos opciones, continuar el camino adentrándonos en la pineda o volver sobre nuestros pasos hacia el punto de partida.